
Estas agrupaciones hacen suya la lucha por la reivindicación de nuestros derechos democráticos más elementales de las mujeres, como es el de decidir sobre nuestros propios cuerpos y nuestra propia vida. Mas aun si vivimos en una sociedad que relega a la mayoría de las mujeres a la pobreza y opresión. Sobretodo si no se asegura la estabilidad laboral, o aquellas mujeres que trabajan y son sobre-explotadas, con salarios que no alcanzan para cubrir la canasta familiar o sufren violencia sexual en distintas formas. ¿Cómo una mujer puede ejercer voluntaria y plenamente la maternidad?
La realidad es evidente “América Latina tiene los índices mas altos de abortos realizados en condiciones de riesgo casi 4 millones por año, la política de penalización del aborto que prevalece en la región no sirve para evitar que los abortos se sigan practicando de manera autoinducida en circuitos clandestinos en condiciones que ponen en riesgo la vida de millones de mujeres, la mayoría jóvenes, adolescentes, trabajadoras, pobres”.
Las mujeres latinoamericanas tenemos una larga historia de lucha por la despenalización del aborto, por la educación sexual y la anticoncepción gratuita, enfrentado la opresión de gobiernos neoliberales y “progresistas”, que junto a fundamentalistas de la Iglesia Católica tienen la misma política reaccionaria contra las mujeres: mientras niegan pleno acceso a educación sexual, métodos anticonceptivos, atención hospitalaria, etc., criminalizan a las mujeres que se ven obligadas a recurrir al aborto.
Esto legitima y permite la muerte de 5 mil mujeres latinoamericanas al año, muchas de estas víctimas fatales están entre nuestras hermanas más pobres del continente, situación que empeorará aún más al calor de la crisis económica internacional, en la que millones de mujeres jóvenes, trabajadoras y pobres verán recrudecer sus padecimientos, y donde las penali-dades económicas se vuelven un factor determinante en la decisión de abortar.
En vez de un avance sobre estos temas se ve un retroceso por parte de estos gobiernos “progresistas” que no hacen nada por detener el “feminicidio” que se produce en Latinoamérica, teniendo la misma practica de la derecha:
En Bolivia se estima que se realizan 115 abortos por día, 40 mil a 50 mil al año, de los cuales dos mujeres mueren por complicaciones cada día.
En Argentina no se respeta siquiera la legislación que contempla que el aborto no es punible cuando, con el embarazo, peligra la vida de la mujer, son 400 las mujeres que mueren en ese país a consecuencia de abortos clandestinos.
En Chile no se permite el aborto en ningún caso, pero anualmente se realizan alrededor de 200 mil abortos clandestinos. En el 2006 murieron más de 150 mujeres por esta práctica.
En República Dominicana se le da al óvulo fecundado la misma categoría de una persona ya nacida, entonces, aunque esté la vida de la mujer en peligro o haya sufrido violación o incesto abortar sería considerado un delito.
En Brasil la mujer puede sufrir la prisión durante por lo menos cuatro años; la pena es de 6 a 24 meses de cárcel si el aborto se provocó para evitar la pérdida del honor.
Es así que el la ultima plenaria del grupo Pan y Rosas se votó impulsar una campaña unitaria por el aborto legal, gratuito y libre.
La campaña se lanzó públicamente en Argentina, Chile y Brasil conjuntamente al 1º de mayo, donde miles de mujeres alzaban sus pancartas que decían entre varias “ni una muerta más”, “yo soy dueña de mi cuerpo y puedo decidir en que año y cuantos hijos tener”, Diana Assunçao, trabajadora de la Universidad de São Paulo y vocera de Pão e Rosas - Brasil destacó que con esta campaña “queremos llegar a miles de mujeres latinoamericanas, para conquistar el derecho al aborto y que no haya ni una mujer muerta más por abortos clandestinos.”
Es por eso que nosotras consideramos esencial que esta sea nuestra bandera dia a día hacemos un llamado a las diferentes organizaciones de mujeres, colectivos feministas, universitarias, trabajadoras e independientes que firmen el manifiesto e impulsemos la campaña desde Bolivia.
Por Tati y Nadezda