Concluida la sesión de consejo universitario, lo que parecía ser una victoria política de las autoridades universitarias, se vio apañada por las declaraciones de los representantes estudiantiles de la Federación Universitaria Local (FUL), que convocaban a la movilización estudiantil en contra de la resolución generando apoyos inmediatos por lo ilegal de la situación.
La primera semana de movilización, no generó la respuesta esperada de las autoridades y ante la tajante determinación de seguir con los procesos de titularización, el conflicto se agudizó, derivando en un paro estudiantil y al cierre de las puertas de la Universidad. Ante este panorama, las autoridades universitarias decidieron retirar las puertas en un intento por evitar el paro y mediante chantajes de reprobación,obligar a los estudiantes universitarios a asistir a las aulas.
La respuesta a tal acción no se dejó esperar, y las redes sociales mostraron la indignación de tal medida, como también la reacción por parte de los estudiantes universitarios que se sirvieron de estrategias para mantener el paro y el cierre de la universidad. Posterior a esto, ante el descontento popular de la medida, el rector tuvo que restituir las puertas y los universitarios convocar a nuevas jornadas de movilizaciones que terminaron con fuertes enfrentamientos con la policía con saldos de estudiantes detenidos y llevados ante la fiscalía como delincuentes comunes.
En estas movilizaciones y enfrentamientos, fue detenido el Dirigente Universitario Jarlin Coca y dispuesto al ministerio público, que en un tiempo record para la justicia boliviana, fue enviado con detención preventiva a la cárcel de San Antonio, y tras su audiencia, sentenciado a 3 años y 6 meses de reclusión por los delitos de daños a los bienes del Estado y asociación delictiva en la cárcel de San Sebastián.
El descontento estudiantil por la dura represión policial, adquirió tientes políticos, interpelando al Gobierno del MAS de movilizar a la policía y utilizar el aparato judicialpara reprimir a los universitarios. Sin embargo, con la detención y sentencia del Dirigente Universitario Jarlin Coca, las demandas estudiantiles ya no se limitaron a la nulidad de la resolución, sino también a la libertad del dirigente preso que se le atribuyó a una mano oscura del gobierno.
En el ínterin de las movilizaciones y tozudez de las autoridades, comenzó una fuerte campaña mediática de acusación de ambos bandos, incriminándosede electoralistas, ya que se aproximan elecciones tanto la FUL como para el rectorado. Por lo que los estudiantes denunciaron que la resolución del consejo universitario aprobada y defendida por el rector, buscaba generar la lealtad política de los docentes extraordinarios que le permitirían validar su gestión y ser elegido como rector; pero también el rectorado, acusó a la dirigencia estudiantil de buscar conquistar votos para ganar nuevamente la FUL.
El incremento de la violencia en las movilizaciones condujo a que los sectores sociales convocara a una Consejo Universitario en fecha 28 de mayo que no soluciono la crisis, más al contrario, ratificó y complementó la resolución. Ante esta segunda ratificación, la FUL anunció el aumento y radicalización de las medidas de protestas en coordinación con las organizaciones sociales, que ya en el conflicto instaron al rector de anular la resolución y a los docentes a someterse al examen, también se logró la libertad del Dirigente Universitario Jarlin Cocacon medidas sustitutivas y el inicio de varios piquetes de huelga de hambre.
¿Qué devela el actual conflicto en la Universidad Mayor de San Simón?
En la literatura internacional, se puede observar una multiplicidad de posiciones que buscan definir la clase media como una categoría que tiene valor por sí misma, es decir como un grupo social que posee recursos asociados a un determinado capital cultural, mientras la élite controla el capital financiero y los trabajadores venden su fuerza de trabajo.
La clase media en Bolivia, que es la que nutre fundamentalmente las aulas universitarias, surgió como consecuencia de la creciente urbanización, producto de la Revolución Nacionalista de 1952 y la aparición del salario urbano de los sectores especializados en controlar a las fuerzas de trabajo, que en un país de débildesarrollo industrial como Bolivia, implicó la tendencia al aumento del número de desempleados profesionales en las ciudades. Esto condicionó a que los profesionales que no pudieron ser absorbidos por el aparato productivo, busquen espacios de empleo principalmente en reparticiones estatales y en ONGs. De esta forma, las instituciones públicas, las universidades y ONGs, se presentaron como terreno ideal para el acogimiento de la masa profesional. Siendo el caso universitario el más problemático, ya que junto con el incremento poblacional universitario, permitió el contrato cada vez mayor de personal administrativo ydocente en sus filas, pero a su vez generó los mecanismos de control y reproducción del poder por parte de grupos de administrativos, docentesy la complicidad de algunos dirigentes estudiantiles, en función de sus intereses que comúnmente se conoce con el rótulo de camarillas o roscas universitarias.
Ahora bien, la demanda de titularización por parte de los docentes ha develado la profunda crisis del sistema universitario, al subordinarla calidad académica a la designación docente por dedazo o compradazgo, negando la posibilidad de que jóvenes y buenos profesionales puedan ejercer la docencia en favor del desarrollo del conocimiento.
La profunda crisis del sistema productivo boliviano de carácter extractivista, de bajo valor agregado, está ausente de la discusión en las aulas universitarias y peor aún, esta situación, evidencia el profundo divorcio de la universidad boliviana con las necesidades y desafíos de la clase trabajadora y de los sectores populares de la sociedad. La necesidad de democratizar el sistema universitario terminando con el voto ponderado y por ende con las roscas docente-estudiantiles es una tarea de primer orden que este conflicto ha puesto sobre la mesa, pero también, la discusión de los planes de estudio que deben adecuarse a la realidad, política y social del país y de la condición de explotación y dominación capitalista que sufre. Para que desde ellos se enfoque la creación de conocimiento, revolucionario, liberador y comprometido con el desarrollo de la clase obrera y el movimiento campesino.