Algo anda mal para Mauricio Macri
Mauricio Macri, el “presidente empresario” de los argentinos, no ha logrado corresponder a las expectativas que generó su gobierno en el terreno económico. A pesar de la devaluación y el levantamiento de lo que en Argentina llaman el “cepo cambiario”la economía no logra estabilizarse, le juegan en contra los “vientos de frente” de la economía mundial.
El resultado de las elecciones presidenciales de octubre del 2015 en Argentina se inscribe en el giro a derecha de la situación regional en el Cono Sur latinoamericano: todos los llamados gobiernos “progresistas” al estilo de Cristina Kirchner, Maduro en Venezuela y Evo Morales en Bolivia, han sufrido derrotas electorales. En Brasil por su parte el gobierno de Dilma Rousseff, que viene aplicando un ajuste de características neoliberales, sufre un acelerado desgaste por los escándalos de corrupción y las amenazas de la derecha de iniciarle un impeachment (juicio político).
La “esperanza” macrista yace en poder aprovechar el bajo endeudamiento heredado del ciclo anterior para inaugurar un nuevo periodo de endeudamiento y reactivar la alicaída economía. Hasta ahora, Macri ha actuado en consecuencia con su perfil de “gobierno de los CEO”, legislando por decreto a favor de las corporaciones y los empresarios: además de la devaluación y la inflación que deprimió el salario de los trabajadores, inició un proceso de despidos masivos en la administración pública mientras que le bajó las retenciones a los grandes terratenientes sojeros, aplicó un “tarifazo” a la luz eléctrica, que en algunos caos alcanza el 900% de aumento, y no ha tomado ninguna medida a favor de los sectores populares.
Junto a los despidos y suspensiones –que según los trabajadores estatales ya suman 25.000-, la Ministra de Seguridad de la Nación, hizo pasar la aprobación del “Protocolo de actuación de las fuerzas de seguridad del Estado en manifestaciones públicas" que cercena las libertades democráticas conquistadas en el pasado a fuerza de ocupar las calles. Todavía el gobierno está probando hasta dónde puede llegar, pero ya los pasos dados comienzan a agitar el avispero.
Algo anda mal para Mauricio Macri. La aprobación del “protocolo” ha suscitado el repudio de amplios sectores de la intelectualidad, la cultura, los derechos humanos y la izquierda. El Ministro de Educación del nuevo gobierno, responsable de negociar los aumentos salariales para el gremio docente, anunció un aumento “muy alto”, que sentaría precedente para las negociaciones salariales del conjunto de los trabajadores bajo contratación colectiva. Macri, presuroso, salió a negar la cifra pero tuvo que retroceder ante el apremio de los gremios docentes de convocar al paro nacional. Muchos analistas plantean las semejanzas del gobierno de Macri con los primeros años de gobierno del “gran privatizador” argentino Carlos Menem, que en los noventas aprovechó la hiperinflación de los últimos años del gobierno de Raúl Alfonsín, para aplastar las conquistas y a las organizaciones de los trabajadores mediante las privatizaciones. Sin embargo en aquellos años, la ofensiva neoliberal avanzaba con fuerza por todo el continente y en el mundo.
Los efectos del “fin de ciclo” económico comienzan a sentirse en el bolsillo de los trabajadores, en particular los empleados públicos que han sido los primeros en recibir los golpes del nuevo gobierno. Si bien la respuesta a los ataques del gobierno aún no se generaliza, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), encabezada, en una de sus fracciones por un sector del kirchnerismo, mientras otro fue opositor al mismo, y donde tiene ascendencia la izquierda, convocó al primer paro nacional que enfrenta el nuevo gobierno este 24 de febrero. El Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), en particular el Partido de los Trabajadores Socialistas participó de la acción activamente
La izquierda gana influencia en la arena nacional argentina
El otro fenómeno electoral que sorprendió a propios y extraños de las presidenciales en Argentina, fue el millón de votos obtenidos por la fórmula presidencial encabezada por el joven candidato Nicolás del Caño y Myriam Bregman, del Partido de los Trabajadores Socialistas al interior del FIT. Del Caño, ganó simpatía por su fuerte denuncia del ajuste que se venía y porque prometió al electorado hacerse parte de las luchas por venir y ponerse al frente de la resistencia contra el ataque.
Las elecciones presidenciales colocaron a la izquierda como un actor de la escena política nacional, como da cuenta la cobertura de los grandes medios. De tal suerte que, frente a la “oposición de terciopelo” de sectores del kirchnerismo que dicen que “resisten”, la única oposición política y social seria que se está perfilando en el país sudamericano como engranaje de una verdadera resistencia combativa contra Macri es la izquierda.
El camino de la resistencia
La jornada de lucha contra los despidos y la criminalización de la protesta social convocada por ATE este 24F, inició a las 7:30 de la mañana con un corte de 1000 personas a la altura de las céntricas avenidas de Corrientes y Callao, encabezado por trabajadores estatales de distintas dependencias que son parte de la oposición combativa (Agrupación Marrón Clasista) de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y el Partido de los Trabajadores Socialistas, al que se sumaron también el sindicalismo independiente y otras organizaciones. El corte fue un claro desafío al protocolo “anti piquetes” de la Secretaria de Seguridad Patricia Bulrich y planteó la exigencia a las direcciones sindicales de los estatales para que pongan en pie un plan de lucha serio que termine con los miles de despidos en el Estado. La promesa de campaña de Nicolás del Caño de acompañar en la calle a los trabajadores contra los despidos y la represión se hizo efectiva, no solo en su figura sino con la presencia de diputados y referentes del FIT como Myriam Bregman, Patricio del Corro, Christian Castillo, y el dirigente de subterráneos Claudio Dellecarbonara, todos ellos del PTS.
Si Macri es la avanzada del giro a derecha en el Cono Sur, la acción del 24F en Argentina, que incluyó también el paro estatal y una importante movilización de 20 mil personas a Plaza de Mayo, es una primera batalla de la resistencia para acumular fuerzas y generalizar una fuerte reacción contra el ataque, de los trabajadores y la juventud.
Es también un ejemplo a nivel regional para los trabajadores que en Brasil, Uruguay, Bolivia y Venezuela sentirán con creces los avatares del “fin de ciclo”. Como parte de este camino, el Movimiento Revolucionario de los Trabajadores de Brasil (MRT) –organización hermana del PTS- , junto a los combativos trabajadores de la fábrica Mabe en lucha, protagonizaron un contundente corte en la principal carretera de la zona industrial de Campinas, cerca de San Pablo, el pasado 23 de febrero. Como en Argentina, “poner el cuerpo” en la primera línea de la resistencia junto a los trabajadores, va acompañado de un enérgico llamado a la izquierda y en particular a las direcciones sindicales para que pasen de la tregua o del discurso de “resistir” a los hechos y pongan el músculo para enfrentar lo que se viene.
Estos primeros pasos, están marcando el camino de la resistencia a nivel regional. Al servicio de acompañar y justamente, ser un engranaje de la resistencia ideológica, política, social y en la lucha de clases a nivel regional contra el giro a derecha, esta la Red Internacional de Periódicos Digitales La Izquierda Diario, con ediciones en español, inglés, portugués, francés y alemán.