Por Dalila Fabreger
Una vez conocidos los resultados finales, en los que la posición del NO a la reforma de la constitución –que buscaba permitir a Evo Morales presentarse como candidato presidenciable en 2019- ganó por el 51,29%, las declaraciones del actual presidente no tardaron en hacerse escuchar. Evo Morales, quien hubo declarado anteriormente que si no ganaba este referéndum terminaría su mandato y retornaría al Chapare a vivir, descartó (el pasado 26 de febrero, durante el discurso de inauguración del congreso de cocaleros de la Federación Especial de Yungas Chapare) abandonar su proyecto político, el llamado proceso de cambio, que lidera desde 2006. Aseguró que, “obligado”, seguirá “en la lucha” y no volverá al Chapare en 2020, tras concluir su mandato constitucional, como lo había anticipado y retó a los opositores a mandarlo a un revocatorio el 2017: “Algunos están confundiendo, como (si) hubiéramos perdido elecciones. La derecha se envalentona, ahora (piden) revocatorio. Yo desafío públicamente que venga el revocatorio, nos vamos a someter junto a ellos”.
Hay que recordar que Evo Morales ya se sometió en 2008 a un revocatorio donde fue ratificado en el cargo con el 67,43% de votos, lo cual anima al oficialismo a afirmar una nueva victoria no sólo en un nuevo revocatorio, sino también en la elecciones presidenciales de 2019: “En 2019 tendremos nuestro candidato y nuevamente vamos a ganar las elecciones, que lloren los neoliberales, que se asusten porque no estamos de inquilinos en el Palacio de Gobierno, no estamos coyunturalmente. Hemos llegado para servir al pueblo boliviano para siempre”, sentenció el vicepresidente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, Leonardo Loza, en la apertura del congreso de ese sector.
Félix Patzi, gobernador del departamento de La Paz y uno de los principales opositores al gobierno en este momento, aceptó el reto del Presidente y sugirió que, de haber dicho revocatorio, se incluya también a los asambleístas.
Ante estas declaraciones, sectores de la oposición, como el gobernador Rubén Costas de Santa Cruz, rechazaron cualquier posibilidad de un referendo revocatorio y refirió que el presidente deje de hacer campaña y se dedique a hacer gestión el tiempo que le quede al mando y que no se gaste más dinero en campañas electorales.
Lo cierto es que este supuesto reto de Evo Morales de mandarlo a una revocatoria es una estrategia de su gobierno para volver a recuperar la legitimidad después de la derrota del pasado 21 de febrero, así mismo, sus declaraciones buscan amedrentar a una oposición que por el momento se encuentra fragmentada y sin un proyecto propio. Hay que recalcar además que, a pesar de la derrota electoral del pasado domingo, Evo Morales dejó abierto el tema de su reelección en 2019 "El tema de candidatura vamos a hablar el año 2018”, afirmó.
La situación política actual, luego del NO a la reelección de Evo Morales, abre un escenario donde tanto politiqueros del oficialismo como de la oposición derechista disputan el poder. Así, el gobierno de turno busca medios y estrategias para volver a recuperar su credibilidad política a la par de buscar un candidato a la “altura” de Evo Morales. Por otro lado, los diferentes sectores de la oposición barajan posibles duplas presidenciales para las elecciones del 2019. El país en general, sin embargo, sigue en incertidumbre acerca de su futuro político, al momento ninguna posición parece convencer del todo y la gente se debate entre volver al antiguo régimen derechista o seguir con el actual gobierno supuestamente posneoliberal. Demás está decir que ninguna de estas posiciones representa a los sectores más oprimidos de la población. Para los y las trabajadores, para los pueblos indígenas y campesinos que siguen viendo vulnerados sus derechos la única alternativa es forjar un herramienta política de los trabajadores totalmente independiente de los viejos y nuevos burócratas sindicales y representantes políticos del MAS y de la oposición de derecha.