Distintos sectores de la clase trabajadora están dando muestras de un comienzo de reorganización. De ello da cuenta el surgimiento de sindicatos combativos como el de SITRASABSA, que agrupa a los trabajadores de SABSA en el Aeropuerto alteño y otros. Según datos periodísticos, a fines del año pasado se venían organizando unos 6 sindicatos por mes, de los cuales al menos 1 o 2 eran de asalariados.
Sin embargo, esto sólo es el comienzo. Hay cientos de miles de hermanos de clase no organizados en grandes empresas, fábricas y talleres, mientras crece el descontento por los bajos salarios, las pésimas condiciones laborales y los abusos que se sufren todos los días en el trabajo. Además, como muestra la actuación de la “Federación de Trabajadores del LAB” y como anteriormente ocurrió en Aguas del Illimani, en muchas empresas el sindicato no es más que una dependencia de la gerencia de personal.
Hay que acabar con esta situación. La COB, las CODes y federaciones tienen que tomar en sus manos una gran campaña nacional por la organización de cada centro de trabajo y las demandas obreras: la derogación inmediata del DS 21060 y su nefasto Art. 55. de precarización laboral, el respeto a la jornada de 8 horas, el aumento salarial y contra el despotismo de los empresarios.
Es preciso preparar la coordinación de las luchas y la solidaridad con los trabajadores que se organizan.
Garantizar la más amplia democracia obrera desde los sindicatos de base hasta la COB es una cuestión clave para el fortalecimiento de la organización de los trabajadores.
Junto con ello, es preciso luchar por la independencia política de las organizaciones sindicales respecto no sólo a los empresarios y sus partidos, sino también frente al Estado y el gobierno del MAS y retomar la lucha por la organización política del movimiento obrero, como podría ser con un instrumento político de los trabajadores basado en los sindicatos y con amplia democracia obrera. Es urgente comenzar a discutir y preparar una representación obrera independiente a la futura Asamblea Constituyente, lo que podría ser un importante paso para que llos trabajadores puedan pesar con su propio programa y su propia voz en la vida política nacional.
Los sindicatos combativos y las corrientes políticas que se reclaman obreras y socialistas tienen que ser vanguardia en estas tareas.