Soy Secretaria General de la Central Única de Artesanos de Bolivia, afiliada a la Confederación de Gremiales y Artesanos que a su vez pertenece a la Central Obrera Boliviana (COB).
Nuestro sector ha visto incrementadas sus filas en los últimos 20 años (período neoliberal) debido a la gran desocupación.
El sector artesanal al igual que muchos otros sectores, se sienten marginados por las políticas de los gobiernos, nuestros compañeros no cuentan con ningún tipo de protección, no teniendo derecho a salud, jubilación, vivienda digna, créditos accesibles a la realidad del artesano.
Los apoyos que llegan para fortalecer al sector artesanal, son desviados, mal manejados por ONGs, consultoras que no saben ni conocen de las necesidades de los artesanos.
En marzo de este año, me invitaron a ser parte de la agrupación ciudadana “Propuesta de los Trabajadores” para participar en la Asamblea Constituyente.
Participe principalmente porque esta agrupación no esta embarrada, es una agrupación nueva conformada por compañeros trabajadores que viven y sufren los problemas reales y además las propuestas se enmarcan en el cambio social y económico para cambiar de raíz este sistema capitalista.
No podemos ser simplemente espectadores de lo que sucede: sino ser actores para cambiar las desigualdades, injusticias que trajo el sistema en el cual vivimos ¡Ya estamos cansados y asqueados de los gobiernos de turno que una y otra vez destruyen, rifan, rematan las riquezas (gas, petróleo, minerales, etc..) de nuestro país, amparados bajo el “marco legal”a favor de los intereses de las grandes transnacionales.
Los artesanos, como los diferentes sectores oprimidos y explotados, somos participes de la realidad nacional, estando en las movilizaciones de octubre, mayo-junio, por la nacionalización e industrialización del gas.
Los artesanos como sector oprimido del pueblo boliviano, sabemos que no hay posibilidades de que nuestro sector prospere económicamente si no es en el marco de un mejoramiento real y sostenido de la economía popular (empezando por el aumento de los sueldos a los trabajadores y la eliminación de la desocupación) y por un plan estatal de grandes obras (vivienda, salud, educación, caminos, etc.).
Pero para que todas estas medidas indispensables puedan ser llevadas adelante, es necesario que las riquezas producidas gracias al trabajo de nuestro pueblo, se queden en Bolivia y sean distribuidas para beneficio de la mayoría.
A partir de las movilizaciones por la lucha del agua, gas y la industrialización de nuestros recursos, las organizaciones y el pueblo oprimido despertó, después de 20 años.
Es ahora cuando cada uno de nosotros dentro de nuestras organizaciones, empecemos un proceso de cambio real, empezando con elegir representantes, que como dice la palabra nos representen, los cuales tienen que ser revocables y bajo control de las bases.
Tanto obreros, artesanos, campesinos y el pueblo oprimido; tenemos que luchar de forma conjunta para no permitir que una vez más con engaños y falsas promesas nos callen o distraigan nuestras luchas, no tenemos que olvidarnos de lo que sucedió de las luchas, heridos y muertos, durante el transcurso de la historia por proteger y defender las riquezas de las cuales somos los legítimos dueños cada uno de nosotros.