Nos cuenta una compañera despedida de una gran empresa alteña:
“Estaba trabajando normalmente como todos los días cuando me llama mi supervisora a que me presente urgente en su oficina. Apenas entro comienzan a acusarme sin pruebas de robo. Ella no estaba sola, me atacaban entre tres sin dejarme hablar. Mi sorpresa inicial (ya que no entendía lo que pasaba) fue dejando paso a la bronca e indignación ante el insulto de una acusación tan baja como falsa. Les pedí pruebas, que la persona que me acusaba venga a decírmelo en la cara, pero no me hicieron caso, me dijeron que ya estaba hecha la denuncia en la PTJ y que yo tenía que ir a declarar en ese momento. Les dije que no tenía nada que ocultar y que estaba dispuesta a ir. Me dejaron esperando 3 horas sentada en un patio sin decirme nada. Luego vino la supervisora y me hizo echar a los empujones por el personal de seguridad diciendo que yo era indeseable para la empresa. De la denuncia de la PTJ sospecho que fue falsa puesto que nunca me llamaron ni nada. A los tres días me presenté en el Ministerio de Trabajo donde realicé la denuncia. A partir de ahí empecé a darme cuenta de que lo que me pasó es algo común en la empresa. Unos días antes echaron a una compañera acusándola de lo mismo. Pero con el agregado de que la amenazaron con despedir a su madre (que tiene muchos años en la empresa) si no firmaba una acusación de robo. Y en estos días me estoy enterando de otra compañera que esta quedando afuera (con mas de 4 años de antigüedad), sin ninguna explicación. También me di cuenta que tienen todo preparado, yo ya estaba mas de tres años trabajando pero nunca me dieron un contrato o una papeleta de pago. Nos hacían firmar en una planilla que se queda con ellos. Siempre me llamaban cuando me necesitaban y trabajaba 4, 5 ó 6 meses seguido, luego me decían que descansara unos días hasta que me volvieran a llamar. Ahora ellos dicen (en el Ministerio) que yo no era personal de la empresa. Dicen que yo era un “contratista externo” ya que me descontaban el IVA y el IU (Impuesto a las utilidades). Pero entonces ¿por qué cobraba el sueldo acordado, completo y sin descuentos, por qué me daban uniforme, cumplía horarios, me pagaban regularmente todos los meses, en fin tenia una relación estable con la empresa por más de tres años? Ahora me doy cuenta que en realidad estaba todo arreglado para ahorrar a la empresa los gastos de Caja Nacional de Salud, los pagos a las AFPs y mis beneficios el día que decidieron darme una patada y despedirme, todo esto violando la Ley General de Contrato de Trabajo. ”
Esta situación no pasa solo en su fábrica sino que es algo generalizado en la mayoría de las empresas. El otro problema que nos relató es la prohibición de afiliarse al sindicato para su sector: “Si no quieren tener problemas mejor no se metan con esos ”, amenazaba la supervisora.
Construir la juventud cobista en fábricas y talleres
La organización es nuestra mejor y única defensa contra las arbitrariedades y atropellos patronales. Y este es un punto fundamental para empezar a tirar abajo este régimen policial y dictatorial que se vive en las fábricas. Impulsar la organización de una juventud cobista en las fábricas y talleres podría ser un importante punto de apoyo para comenzar a unir y organizar a miles de trabajadores jóvenes, apuntalando la organización sindical y la lucha.