El gobierno, la derecha y la prensa (con el coro reaccionario que en las plazas pedía la cabeza de Evo) atacan a Evo por no haber aceptado sus términos, es decir, por no haber capitulado hasta el final y estampado su firma en el proimperialista y reaccionario “acuerdo por la nación”. Que el MAS quede fuera debilita la política burguesa de completar el “pacto de gobernabilidad” por arriba con un “acuerdo social” por abajo que contenga a los movimientos sociales. Temen que el MAS abandone el papel de freno y contención que jugó hasta ahora.
Sin embargo, el MAS participó de las negociaciones, con Osvaldo Peredo y otros dirigentes, apoyó que Carlos Mesa se quede y hasta aceptó rediscutir la Ley de hidrocarburos como éste quería, aunque finalmente no firmó el acuerdo y pasa a la oposición. El MAS sufrió un estrepitoso fracaso precisamente en el terreno donde se había jugado a lograr un éxito político: el tratamiento del proyecto de Ley de Hidrocarburos y en los métodos que había elegido: colaborar con el gobierno sosteniéndolo políticamente en cuestiones decisivas (como el referéndum del año pasado o el plan para una asamblea Constituyente). Todo esto se traduce en una crisis interna, donde algunos parlamentarios, aceptaban firmar el acuerdo Mesa-Parlamento y otros (del “bloque indígena”) asistieron a la sesión congresal donde se selló el mismo, contrariando a Evo que no quería participar (La Prensa, 8/03).
Derrota política
Tras más de un año y medio de sostener a Carlos Mesa, el MAS quedó entrampado en la “defensa de la democracia” y una vez más debió “tragarse un sapo” para justificar su estrategia de “pasar de la protesta a la propuesta” planteando reformas y en todo caso “presionar con la protesta”.
En efecto, cuando el MAS alienta o deja correr los bloqueos para presionar, Carlos Mesa responde con una amenaza:
– “Si me presionan renuncio. Nadie me va a imponer expulsar a Aguas del Illimani o dañar a las petroleras. Antes, prefiero irme”.
– “Nadie pide la renuncia del presidente. Sólo presionamos para que el Parlamento apruebe la Ley de Hidrocarburos”, se disculpa Evo.
Carlos Mesa repite:
– “Si me presionan me voy, exijo una ley de hidrocarburos no confiscatoria.
Mientras Mesa logra el acuerdo de los de arriba, contra los de abajo, Evo sólo atinó a responder:
– “Que se quede pero para cumplir la agenda de Octubre y lo que el pueblo pide.”
Los resultados están a la vista... Y Evo pide más diálogo...