Desde hace años diversos sectores vienen reclamando un congreso orgánico de la central obrera que permita modificar los estatutos y por tanto los niveles de representatividad. Con distintos argumentos (como la reducción en el número de los mineros después de la “relocalización”) buscan darle la dirección al campesinado y los sectores populares, que no están bajo una relación obrero-patronal. En este sentido se pronunció en este último Congreso la COR de El Alto, que está dirigida por Edgar Patana y dirigentes cercanos al MAS, representando a los gremiales, que son un sector muy importante en esta ciudad. El objetivo político es lograr una COB "popular" subordinada al gobierno a través de los sectores que le son más afines.
Ceder a estas propuestas significaría desnaturalizar a la COB como el organismo central esencialmente de los trabajadores asalariados. Esto no significa estar en contra de los campesinos, los gremiales y otros sectores populares, que durante este últimos años han sido un factor de vital importancia en las luchas populares y nacionales y que son aliados estratégicos de la clase obrera en la lucha contra el imperialismo.
Por el contrario, consideramos que la única posibilidad de que los sectores campesinos, gremiales, los pueblos originarios y otros sectores del pueblo pobre, alcancen en forma definitiva sus demandas, es precisamente con una gran alianza obrera, campesina y popular que debe estar dirigida por la clase obrera, contra la opresión y el saqueo a que son sometidos por el gran capital nacional y extranjero.
Por su lugar en la producción -moviendo las industrias, las minas, la energía, los nervios vitales de la economía- y por su concentración en las ciudades y los grandes centros productivos -minas, campamentos petroleros, etc.- la clase obrera tiene la capacidad de asestar los golpes decisivos a los terratenientes y empresarios, al tener en sus manos la posibilidad de paralizar toda la economía nacional.
Hoy, lejos de haber “desaparecido”, la clase obrera es más numerosa que nunca antes en la historia del país: hay más de un millón de asalariados, y el capitalismo boliviano no puede funcionar sin el trabajo de sectores claves como son los servicios públicos de comunicaciones, aeropuertos, transporte asalariado, trabajadores bancarios, salud, maestros y otros que en décadas pasadas eran muy pequeños o se los consideraba como “clase media” (como aún hacen los estatutos de la COB).
Además, por su programa histórico, el socialismo, es la única clase que puede llevar hasta el final la lucha contra el capitalismo y el imperialismo.
Fortalecer el carácter de clase, para forjar la alianza obrera, campesina, indígena y popular
Para que la clase obrera pueda jugar este papel dirigente en la alianza de los explotados y oprimidos de la ciudad y del campo, es necesario que avance en unir sus propias filas, es decir, en su reorganización independiente como clase, sindical y políticamente, y se proponga disputar, con su propio programa, la influencia sobre el pueblo a las corrientes de la burguesía y la pequeño burguesía nacionalistas, que son incapaces de llevar adelante una lucha consecuente contra el imperialismo y sus agentes locales.
La COB debe ser un puntal de la lucha por la unidad de las filas obreras y por la alianza obrera, campesina y popular. La discusión sobre la reforma de los estatutos y sobre la necesidad de un congreso orgánico debe tener entonces el objetivo de reafirmar y adecuar la estructura clasista de la COB, no de disolverla.
Forjar la unidad obrera
La actual estructura, si bien preserva formalmente la dirección de los asalariados, facilita el control burocrático de la central y no refleja la composición contemporánea del movimiento obrero. Por supuesto, no se trata sólo de estatutos, sino ante todo de forjar una política, un programa y una dirección a la altura de las tareas que tiene planteados en esta etapa histórica el movimiento obrero boliviano.
Para recuperar y fortalecer a la COB, reforzando su carácter de central obrera tanto como su papel en la alianza obrera, campesina y popular, es necesario pelear por:
La organización obrera, apoyando la sindicalización de los nuevos sectores que buscan organizarse en empresas, fábricas y talleres en todo el país; coordinando y uniendo las luchas por el salario, por el conjunto d elas demandas obreras, por trabajo para todos. La COB, las CODes y federaciones deben ponerse al servicio de estas tareas;
Impulsar la construcción del IPT, basado en los sindicatos y con democracia obrera, para que la clase obrera pueda defender su propia política de clase. Por ejemplo, contar con una representación obrera independiente en la próxima Constituyente hubiera sido una gran herramienta para contraponer al programa reformista del MAS, respuestas obreras a los grandes problemas nacionales;
Los futuros procesos de movilización volverán a plantear, como en Octubre y Junio, la necesidad de una verdadera Asamblea popular, es decir, de órganos de poder obreros y populares para la lucha. La COB y los sindicatos estarán llamados a jugar un papel muy importante en su creación, pero para eso, ha de tenerse una política consciente de preparación política y organizativa.
Que el movimiento obrero levante una respuesta de clase ante los grandes problemas nacionales, para que los trabajadores sean el “tribuno del pueblo” para unir en torno suyo, a la mayoría explotada y oprimida del país en la lucha contra los terratenientes, los grandes empresarios y la opresión imperialista.
Por una dirección revolucionaria en la COB y los sindicatos
Desde la LOR-CI nos ponemos al servicio de la unidad d ela vanguardia obrera para luchar por esos objetivos, creemos que el fortalecimiento de la COB y los sindicatos sólo puede garantizarse luchando por una COB y un sindicalismo revolucionarios, luchando por la más amplia democracia obrera al mismo tiempo que enfrentando consecuentemente a la burocracia sindical. Es por este camino como se podrá forjar una dirección revolucionaria para la COB y los sindicatos.
Por JF y EM