1. Cese del fuego mientras Israel sigue ocupando el sur del Líbano.
2. Se detienen todas las operaciones de Hezbollah y solamente las acciones ofensivas de Israel, lo que le permite reanudar sus acciones militares bajo pretexto de “defensa”.
3. Hezbollah debe retirarse de la franja que va desde la línea azul (frontera reconocida por la ONU entre el Líbano e Israel) hasta el sur del río Litani. En esa franja no debe haber armas ni fuerzas que no sean las del ejército libanés.
4. Se refuerza el contingente de la ONU establecido desde 1978, con la presencia de 15.000 nuevos soldados encabezados por Francia, con el objetivo de cuidarle las espaldas a Israel. Estas tropas no están sometidas al capítulo 7 de la Carta de la ONU “que autoriza el uso de la fuerza” (como pedía Israel y era parte del primer texto presentado por Francia y EE.UU. y fue retirado por la presión del gobierno del Líbano, además de incorporar la exigencia del retiro simultáneo del ejército israelí y la entrada del libanés). Las tropas tienen derecho a usar la fuerza para asegurar que las áreas bajo su control no sean usadas para actividades hostiles y para, por ejemplo, defender a los civiles ante un inminente ataque.
En otras palabras le otorga autoridad para moverse ante eventuales ataques misilísticos de Hezbollah.