Cochabamba y El Alto -y ahora Camiri- muestran la tendencia de las masas, aunque mantienen expectativas en el gobierno, a intervenir en la crisis política, a movilizarse para derrotar con sus propios métodos a la derecha, chocando, por este camino, con la política conciliadora del MAS. A este, pese a su influencia, le cuesta controlar a los sectores movilizados y a caballo de estas contradicciones, una vanguardia puede acelerar su experiencia política. Sin embargo, el fracaso en expulsar a Reyes Villa y la “desactivación” temporal del proceso en El Alto muestran que con la combatividad y espontaneidad no alcanza, pues las decisiones quedan en manos de las cúpulas burocráticas, “correa de transmisión” de la política masista, decidido a frenar cualquier desborde y hacer respetar sus compromisos con la clase dominante -como “botón de muestra” basta la intervención militar en Camiri-.
Esto reafirma:
La necesidad de pelear por la independencia política de las organizaciones de masas frente al gobierno.
También, de construir, al calor de la lucha, formas superiores de frente único de masas, con democracia directa, como estuvo planteado hacer en Cochabamba con una Asamblea Popular departamental.
Para enfrentar a los grupos de choque de la ultraderecha y a la represión policial y militar, es preciso poner en pie la autodefensa de masas, en el camino de constituir milicias obreras y campesinas.
Es preciso impulsar la más amplia unidad de acción para la lucha y llamar a los sectores que confían en el gobierno a no conformarse con los llamados a la paz social y la concertación con la derecha de éste, sino a confiar sólo en las fuerzas de los trabajadores, los campesinos, los pueblos originarios, para derrotar a la reacción proimperialista con los métodos de la movilización.
Levantar un bloque con una política de clase, independiente del MAS sería un gran paso para socavar las maniobras de la burocracia reformista, daría gran fuerza a esta lucha al interior de la COB, CODes, federaciones, juntas vecinales y organizaciones campesinas y ayudaría a acelerar la experiencia de masas.
Los sindicatos combativos, los dirigentes y activistas de base, los grupos de la izquierda obrera y socialista tienen que tomar la iniciativa, construyendo un bloque de lucha y organización para pelear por esta política.