Los 180 trabajadores de la empresa Christies Jewellers (dedicada a la fabricación de joyería de exportación) fueron salvajemente despedidos en el mes de octubre del 2001, luego de varios años de trabajo inhumano. En ese momento iniciaron un proceso legal contra la empresa, buscando que el poder judicial hiciera respetar sus derechos. Confiando en el Ministerio de Trabajo y en la justicia, y en la Federación de Fabriles dirigida entonces por el ex Ministro de Trabajo Alex Gálvez, no realizaron en ese momento acciones de lucha. Sin embargo a cinco años de aquel día se ha demostrado que todo está armado contra los trabajadores y solo hay justicia para los banqueros y los empresarios.
1- Un mes antes del despido masivo el Banco BISA, cuyo más importante accionista es Julio León, padre de Cristina León, titular de la empresa Chriesties Jewellers, otorgó un crédito de 3.800.000 u$s para cubrir pasivos, con garantías insuficientes, preparando el terreno para que el Banco pueda iniciar un juicio con posterioridad.
2- La Sra. Cristina León, pasa a la “clandestinidad” para no afrontar sus compromisos con los trabajadores. Se nombra un abogado de “oficio”, y sorprendentemente recae esta función en el Sr. Adolfo Ustarez Centellas, ex asesor de Chito Valle, del riñón de la vieja clase política.
3- El Banco BISA inicia un proceso legal contra la Sra. Cristina León para el cobro de dineros adeudados.
4- Extrañamente los representantes legales de los trabajadores -el abogado Javier Ferreira- no presentan una tercería que garantice el cobro de sus derechos laborales.
5- Sin embargo esta forma especial de “hacer justicia” no termina ahí: el Banco BISA se adjudica la totalidad de la maquinaria de la empresa ignorando el derecho de privilegio de pago de los trabajadores, según la ley.
En los últimos meses los ex trabajadores de Christies comienzan a discutir qué hacer, a reunirse, en importantes y frecuentes asambleas, y preparar medidas de lucha para defender sus legítimos derechos. Desde la Casa Obrera les brindamos toda nuestra colaboración y apoyo. La primer semana de enero los trabajadores ponen en pie una carpa de resistencia en el paseo de El Prado de La Paz, con el objetivo de denunciar a la justicia, ya que luego de 5 años de juicio, de tener una sentencia judicial favorable, de contar con el derecho de privilegio de pago, los trabajadores no podían hacer efectivo nada al pasar toda la maquinaria a manos del Banco Bisa. Lamentablemente ni la COB, COR ni la Federación de Fabriles acompañaron activamente esta lucha.
Finalmente, luego de dos semanas de carpa y movilización, los ejecutivos del Banco acceden a traspasar el derecho propietario de la maquinaria a favor de los trabajadores, cubriendo los eventuales impuestos que pudieran existir así como también el traslado de la maquinaria a un depósito que los trabajadores tendrían que conseguir.
Si bien aun no se ha podido firmar este convenio por motivos de carácter formal, los trabajadores de Christies mantienen el estado de emergencia para evitar una nueva trampa.
Esta experiencia es sumamente importante para los trabajadores cuyos derechos más elementales son sistemáticamente violados en empresas y talleres y a veces arrojados simplemente a la calle cuando a los dueños les conviene cerrar. Confiar en la justicia y sus normas y procedimientos, moldeados en interés de los empresarios y la gran propiedad privada, como aconsejan muchos abogados y funcionarios laborales, beneficia a los patrones y paraliza la fuerza de los trabajadores. El único camino es la movilización, y al mismo deben subordinarse los recursos legales. Es necesario agotar resueltamente y en el momento oportuno todos los recursos de lucha como la huelga, la movilización e incluso la ocupación de las fabricas y talleres, para defender la fuente de trabajo, imponer el respeto a los derechos laborales y quebrar las maniobras y trampas de los empresarios. Los trabajadores deben confiar sólo en sus propias fuerzas.
Por Javo Ferreira