El lunes 14 de mayo se inauguró el congreso ordinario de la COR, que culminaría unos días después. Preparado burocráticamente, con 80 delegados de los gremiales, varias decenas de carniceros y artesanos y apenas unos pocos de trabajadores asalariados, el resultado del Congreso estaba predeterminado.
Nuevamente, los más de 100.000 asalariados alteños quedarán marginados y tendremos una COR incapaz de pelear por las demandas obreras y populares, dominada por camarillas (tanto masistas como de la derecha o que apoyan a Pepelucho Paredes), y subordinada al gobierno.
Sin embargo, comenzó a surgir una oposición obrera y de izquierda a la conducción actual y el haber impuesto el reconocimiento de algunos nuevos sindicatos y la pelea por la creación de una Secretaría al servicio de la recuperación de las capitalizadas pueden ser un punto de apoyo para la organización obrera.
El congreso orgánico de abril
En el mismo, realizado algunas semanas atrás, varios sindicatos organizados en el Bloque Obrero y Popular (entre ellos magisterio, SITRASABSA, COTEL y otros) dieron una gran pelea exigiendo la democratización de la COR, la inclusión en forma destacada de los trabajadores asalariados y la independencia de la central tanto frente al gobierno del MAS como ante la derecha empresarial.
La respuesta de Patana y sus amigos fueron las agresiones, calumnias contra el sindicato de SABSA, el magisterio urbano y la Casa Obrera y Juvenil, amenazas de expulsión y maniobras burocráticas como elevar el número de delegados de los gremiales de 60 a 80.
Todo para impedir una mayor presencia obrera, retener el control burocrático de la COR y mostrarse como eficaces agentes del gobierno en la tarea de subordinar las organizaciones sindicales a la política masista de conciliación y pactos con la derecha y los empresarios. Por eso también, la política de dividir burocráticamente a la COR de la COB y otras trabas a la sindicalización obrera.
Después del congreso, la lucha sigue
En el Congreso se votó un nuevo Comité Ejecutivo, que es más de lo mismo. Pero la lucha sigue y el paso adelante que significó el surgimiento de una oposición combativa y de clase, no debe ser desperdiciado. Los trabajadores deben empezar a discutir como impulsamos un reagrupamiento al servicio de la organización sindical de los cien mil asalariados de las fábricas, talleres y servicios de El Alto, como nos apoyamos en los diversos problemas de carácter sectorial y como avanzamos en la unidad y coordinación de la lucha por las demandas obreras (como el salario, la estabilidad laboral, los beneficios sociales) y las del pueblo pobre alteño (gremiales, artesanos, mercados, etc.).
Uno de los puntos de discusión surgidos en el Congreso fue la necesidad de impulsar una Federación de Trabajadores Asalariados de El Alto. Por lo pronto, es necesaria la unidad y coordinación como parte de la lucha por recuperar a la COR como instrumento de lucha de los trabajadores y el pueblo alteño.
Por Javo Ferreira