El sábado 12 de abril, en la planta textil de Electro Fashion en La Ceja de El Alto, con cerca de 150 trabajadores, ocurrió un hecho que muestra la alianza contra la organización sindical de los trabajadores. Los representantes de la empresa, desde el jefe de planta hasta supervisores y capataces, junto al cura Obermayer (que se hizo presente para bendecir un aniversario más de ese centro de explotación obrera), y algunos representantes de la Federación Departamental de Trabajadores Fabriles -FDTFLP- (que apoya al gobierno del MAS), posesionaron a un sindicato formado solo con antiguo personal “de confianza” de la empresa.
En semanas anteriores, la FDTFLP había constituido un comité electoral para llevar adelante la elección que debía culminar en la formación del sindicato de la fábrica. Debido a la salvaje dictadura patronal que impera en esta fábrica, como en muchas otras textiles y joyeras, la única lista que se “animó” a presentarse fue la inspirada en el personal antiguo, que desde que la planta estaba en Villa Fátima había dado sobradas muestras de sumisión a los empresarios.
El propio Jefe de Planta convocó a asamblea el viernes 11 de mayo a las 16 hrs. para informar a los trabajadores que esa era “su” fábrica, que no iba a permitir que se conforme un sindicato sin su personal de confianza y excluyendo a la mayoría de trabajadores nuevos, sobreexplotados y sin el pago de los beneficios de ley.
Durante varios días y para garantizar que no surgiera ninguna oposición, se despidieron a grupos de trabajadores nuevos y jóvenes.
Así, hasta que finalmente el sábado fue posesionada esta lista amarilla: los despidos continúan, las condiciones de trabajo empeorarán y las ganancias de los empresarios textileros subirán.
Esta experiencia, como la de otras fábricas, y como ocurrió en el caso del sindicato de TOTES, vendido a la empresa, muestra que los trabajadores deben organizarse primero por abajo y clandestinamente en fábricas y talleres, sin confiar ni siquiera en los dirigentes de las organizaciones matrices, hasta tener la fuerza suficiente para imponer un sindicato honesto, al servicio de los obreros y que no sea un agente de la empresa.
Corresponsal