El ingreso de campesinos al Parque Nacional del Madidi demandando la dotación de tierras llevó a la brutal represión policial y militar del 27 de mayo a comunidades enteras. Esto dejó numerosos heridos, situación denunciada por dirigentes campesinos como Rufo Calle.
El Comité Cívico de Apolo reclama la apertura de una ruta y el desarrollo hidrocarburífero de la región. El gobierno argumenta que detrás de esos reclamos hay oscuros intereses y que hay que proteger la gran reserva ecológica del Madidi.
Sin embargo, el problema de fondo es que el MAS, a pesar de sus promesas de “nueva reforma agraria” mantiene en pie la normativa legal sobre tierras orquestada por el neoliberalismo y no ha revertido una sola hectárea de los enormes latifundios en todo el país.
Para resolver la impostergable necesidad de tierra y territorio de los campesinos y pueblos originarios hace falta una profunda reforma agraria, basada en la liquidación de la gran propiedad terrateniente y la reversión de las concesiones en manos de las madereras y petroleras, única forma, además, de poner coto mediante un plan racional a la depredación y proteger el patrimonio ambiental y ecológico del país.