Las sesiones de la asamblea en Sucre están avanzando contra reloj, quedan escasas semanas para el fin de las sesiones y la entrega del proyecto de nueva Constitución Política del Estado.
El MAS busca a toda costa la concertación con la derecha. No por eso deja de haber duros forcejeos, como en torno al Tribunal Constitucional y la Justicia.
Pero para el gobierno, como insiste el vicepresidente García Linera: “La Asamblea Constituyente tiene que ser el lugar donde esta redistribución pactada del poder, apoyada en un nuevo núcleo articulador, se consolide. No queremos una Constitución aprobada por el 60 o 70% del país pero rechazada por el resto. (...) nuestro objetivo es pactarla” (entrevista en semanario Pulso nº 399, 25/05/07).
Esta estrategia de pactos con la derecha, los empresarios, las transnacionales y los cívicos de la “media luna”, ha avanzado paso a paso, aunque a veces con duras pugnas que empantanaron por largos meses a la Asamblea:
La convocatoria pactada con la derecha impidió la presencia directa de los pueblos originarios y las organizaciones sindicales y populares en la Constituyente.
La derecha presionó constantemente para ampliar las concesiones y garantías del MAS (como el respeto a los 2/3).
El gobierno marcó con sus principales medidas, como los nuevos contratos con las transnacionales del petróleo, la tímida reforma de la Ley INRA y otras, los límites que la Constituyente no habría de transgredir, garantizando así de antemano la propiedad y los intereses fundamentales de los empresarios, los terratenientes y las transnacionales.
El MAS, con ayuda de las direcciones sindicales y campesinas, mantuvo al movimiento de masas pasivo, impidiendo que saliera a las calles y caminos a presionar sobre la Asamblea.
El trabajo de una enorme red de ONGs buscando “consensuar propuestas”, contribuyó a “entibiar” y canalizar las demandas de los distintos sectores.
Claro que aunque todos hacen grandes esfuerzos por concertar y el MAS ha hecho enormes concesiones a la derecha, no puede descartarse que haya nuevas crisis. Habrá que ver todavía si logran completar los trabajos de la Constituyente en término o deben ampliar el plazo, si no hay nuevos “cortocircuitos por temas como las autonomías o la sede de los poderes, y si se abre así el camino para legitimar la nueva CPE con el posterior referéndum y el posible adelantamiento de elecciones generales para el 2008.
¿Qué pueden esperar los trabajadores y el pueblo?
Habrá muchas promesas y frases lindas, pero pocas respuestas. Desde el comienzo el MAS y la derecha pactaron que la Constituyente se inscriba en las leyes e instituciones vigentes, es decir, en los marcos del Estado burgués y la gran propiedad privada. Como denunciamos reiteradas veces, no podía por tanto aportar soluciones de fondo a la pobreza, los bajos salarios y la falta de empleo digno, la educación, la salud y la vivienda, la demanda de tierra y territorio y la autodeterminación de los pueblos originarios, la recuperación del gas y los recursos naturales, la sumisión del país al imperialismo.
La lucha por la resolución de estas demandas queda en manos de los obreros, los campesinos y pueblos originarios, los sectores populares de las ciudades.
Sólo se podrán lograr con la movilización, retomando el camino de Octubre.