GOBIERNO DEL MAS mantiene tropas en Haití, integrando las fuerzas de ocupación enviadas por las Naciones Unidas. Esta fuerza fue creada hace varios años por iniciativa de Estados Unidos y Francia y está integrada por unos 8.000 efectivos militares y policiales entre brasileños, uruguayos, chilenos, argentinos y de otros países. El ejército boliviano participa con 288 efectivos y 30 vehículos.
Están en Haití con el argumento de “combatir a las mafias y bandas armadas” pero su verdadera tarea es reprimir, como han hecho decenas de veces, masacrando a manifestantes y aterrorizando a la población civil para sostener al gobierno de Jean Préval, amigo de los norteamericanos. Ya causaron “más de 1.200 bajas civiles, en particular en Cité Soleil, un depauperado suburbio de Puerto Príncipe, donde el 6 de julio de 2005 y el 22 de diciembre de 2006 habría disparado sobre la población desarmada y dejado decenas de muertos” (datos de Semanario Pulso nº 387).
¿Por qué los gobiernos sudamericanos juegan este triste papel de llunkus del imperialismo? Para demostrarle a Estados Unidos que son capaces de actuar ante rebeliones populares o crisis políticas en nuestros países. Le brindan así un gran servicio a Míster Bush, que tiene graves problemas en Irak, donde sus tropas enfrentan una fuerte resistencia armada mientras crece la oposición entre la juventud y el pueblo norteamericanos. Gracias a los gobiernos de Lula, Kirchner, Tabaré Vázquez, Bachelet y Evo, no necesita distraer tropas y recursos para invadir en Haití.
Evo Morales y sus ministros, como el de defensa Walker San Miguel y el canciller Choquehuanca, hablan de “diplomacia de los pueblos”, “soberanía” y “descolonización” pero ayudan al imperialismo a recolonizar Haití, aportando esa presencia militar como muestra de “seriedad en los compromisos” con el imperialismo y como precio de las “buenas relaciones” con los militares bolivianos que logran recursos, prebendas, equipamiento y preparación con este tipo de misiones. En el Congo otro contingente boliviano cumple el mismo papel: peones de la intervención imperialista con máscara “democrática” y “humanitaria”.
Los trabajadores no podemos olvidar que en el 2003, con los mismos argumentos que hoy usan en Haití, el imperialismo y sus aliados de la región pensaban “intervenir en defensa de la democracia” en nuestro país. Los efectivos que se entrenan allá, lo hacen para reprimir y “restaurar el orden” cuando sea necesario en Bolivia.
Es un deber antiimperialista elemental que la COB, las organizaciones campesinas y de colonizadores, las juntas vecinales y las organizaciones estudiantiles, inicien una campaña activa por el retiro inmediato de las tropas bolivianas de Haití (y del Congo).
Por Eduardo Molina