La historia de nuestro país nos cuenta que el pueblo boliviano ha sido el protagonista de muchas de las jornadas más heroicas que ha dado la humanidad en su intento de liberarse y alcanzar días mejores. La revolución del ’52, la oleada revolucionaria de los ’70, las jornadas de marzo del ’85 o el pasado Octubre Rojo, son jalones de esta historia cargados de sangre y valentía. Pero también nos enseña que cada vez las banderas de estas luchas terminaron siendo pisoteadas por los dirigentes burgueses, pequeñoburgeses o reformistas a los que las masas delegaron su defensa. No podemos permitir que la historia se repita y para ello es necesario una nueva dirección, una dirección revolucionaria. Sin embargo los trabajadores carecen hoy de una expresión política independiente. El MAS, dirigido por una alianza de antiguos reformistas y líderes campesinos burocratizados, bajo un programa de colaboración con la burguesía e ideología populista niega el papel de la clase obrera.
Hace falta una política de clase, para pelear por la independencia política de los trabajadores no sólo del Estado y los políticos burgueses, sino también contra sus aliados reformistas y pequeñoburgueses. Esta pelea debe darse en primer lugar en las organizaciones sindicales, pues no es posible que sólo los dirigentes hagan política, mientras que las bases pocas veces tienen ocasión de pronunciarse. Pero no basta con luchar por una orientación de clase en las organizaciones de masas. Un programa obreros debe ser defendido cpn una organización militante. Y la única forma de hacerlo es construyendo un gran partido revolucionario de los trabajadores, socialista e internacionalista. Un partido armado con una estrategia de poder obrero y popular, firmemente enraizado en el proletariado y que luche por ganar influencia entre las masas. Este partido no existe hoy y es urgente avanzar en su construcción.
Un paso importante en esa dirección podría ser impulsar en común con dirigentes y luchadores obreros y populares un “Instrumento Político Revolucionario de los Trabajadores”, basado en los sindicatos y sus asambleas de base, que defienda la independencia política de los trabajadores, con un programa para imponer una salida obrera y campesina a la crisis nacional y organizado según la mas amplia democracia obrera, con dirigentes responsables ante la base y libertad de tendencias.
Lamentablemente ni la COB ni ningún sindicato esta aprovechando las oportunidades que ofrecen, por ejemplo, las actuales elecciones municipales, ni se prepara para actuar ante una futura Constituyente. Esto para intervenir no a la manera reformista del MAS sino denunciando al régimen y sus trampas, y al servicio de la movilización, organización e independencia política de los trabajadores.
Proponemos a la vanguardia obrera, como los trabajadores mineros de Huanuni, comenzar a discutir cómo levantar una política obrera e independiente.