Algunas organizaciones e individuos que se autodenominan de izquierda, han comprendido la demanda de gobierno tripartito de un modo estrictamente formal, es decir como la participación de algunos trabajadores u organizaciones sindicales en la participación del gobierno universitario a lo sumo como entes fiscalizadores contra la corrupción imperante, manteniendo en ultima instancia la estructura actual. Este tipo de planteamiento no resuelve el problema de terminar con la formación de tecnócratas propio de la educación al servicio de los planes de la clase dominante, desarrollando el pensamiento critico y reflexivo sobre los grandes problemas nacionales. ¿No es acaso un enorme fraude académico el estudio de ingeniería minera e industrial sin discutir, elaborar e intervenir, por ejemplo, en la elaboración de planes de desarrollo nacional de esta rama productiva, que permita terminar con el vaciamiento y depredación que llevan adelante las transnacionales del sector? ¿No es otro fraude académico estudiar agronomía sin contemplar que todos los avances tecnológicos y químicos son inaplicables en un país donde el surcofundio en el occidente y el latifundio en el oriente impiden un desarrollo industrial sostenido y al servicio de las grandes mayorías nacionales? En el caso de la facultad de derecho es verdaderamente delirante el estudio no ya de la contraposición entre el derecho burgués vigente y un hipotético derecho revolucionario, sino ya la concreta y actual oposición entre el derecho y la justicia comunal y el derecho predominante, donde las contradicciones sociales insolubles solo agudizan la crisis. Todos estos elementos que implican una transformación revolucionaria de la universidad son los que están contenidos en la necesidad del gobierno tripartito -estudiantes, docentes y trabajadores) es decir la búsqueda de soldar la universidad a las necesidades y luchas de los trabajadores y el pueblo, logrando una universidad critica y militante.