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Un debate necesario

La lucha de la UTO y la actuación de URUS


Por Javo Ferreira
 

A raíz de los acontecimientos que sacudieron a la UTO, nuestra organización recibió a mediados de octubre, una carta del compañero Thomas (la transcribimos debajo de este artículo), quien intenta responder a las criticas formuladas por nuestra organización -Palabra Obrera nº6 Pág.7- a la participación del frente URUS en el reciente conflicto universitario de Oruro. Parte de la critica desarrollada por el compañero fue reproducida por “Masas” vocero del POR en la segunda quincena de noviembre.
Iniciamos esta polémica felicitando la voluntad del compañero de responder a nuestras criticas no con insultos sino con un intento de elaboración que contribuirá para que la vanguardia no solo de la UTO sino nacional, pueda extraer las lecciones necesarias para preparar los próximos combates. Esta polémica es aun mas valiosa en momentos que, luego de la derrota parcial del conflicto, tanto militantes de URUS y de Barricada Roja junto con compañeros independientes en Comunicación Social de la UTO, hemos dado una pelea juntos contra las camarillas en las elecciones al centro de estudiantes en el frente FURIA, el martes 16 de noviembre, obteniendo en una difícil campaña alrededor del 25% de los votos. En esta respuesta intentaremos abordar el aspecto central que motivo la carta del compañero Thomas y que versa sobre el conflicto universitario de Oruro, dejando para mas adelante otras como la cuestión de la Asamblea Popular. Invitamos al compañero Thomas y el POR a desarrollar todas estas diferencias en nuestras respectivas publicaciones como un método sano que permitiría dar claridad al conjunto de la vanguardia.



Una respuesta evasiva

En el articulo de Palabra Obrera numero 6 titulado: “URUS, preocupado por las elecciones a la FUL-La Paz se ‘olvido’ de la UTO” cuestionamos esencialmente el papel cumplido por esta corriente con respecto al conflicto, demostrando la adaptación de esta organización al vigente régimen universitario, y particularmente el electoralismo de sus más destacados militantes. Esto quedo en evidencia con la búsqueda de diversas combinaciones para el fallido congreso de la CUB y las también fallidas elecciones a la FUL de La Paz, mientras la vanguardia en la UTO iniciaba y sostenía una prolongada lucha contra las camarillas.

El compañero Thomas, sin embargo, en las casi tres paginas de respuesta a nuestra organización, evade pronunciarse concretamente sobre estas cuestiones. Solo nos dice que la delegación de la UMSA que estuvo presente en la marcha del jueves 7 de octubre era urista. Pobre consuelo, considerando que toda la izquierda (JS, URUS, OT-POR y otros) se encontraba formando parte de esta delegación, organizada, convocada y preparada por los que, sin dirigir ningún centro y ser simplemente un pequeño grupo, realmente creíamos en la lucha de la UTO... Barricada Roja.

El compañero Thomas evade la cuestión del porque los mas destacados militantes de URUS-POR realizaban cotidianos viajes a la ciudad de La Paz intentando timonear las elecciones y no a la UTO en donde se peleaba no con la papeleta electoral sino mediante la acción directa. El compañero Thomas evade en su respuesta el hecho ineludible que los compañeros uristas organizaron reuniones y encuentros de dirigentes no en la UTO y con motivo de la lucha emprendida, sino por la CUB y bien lejos del conflicto... en Cochabamba. Si esto no es adaptación al régimen universitario, nos gustaría conocer la definición que le da el compañero Thomas.

El POR no levanta una estrategia de autoorganización

El compañero Thomas, nos invita a “conocer” la realidad, y nos plantea una serie de cuestiones que pondrían limites a nuestras observaciones sobre el porque URUS “no hizo nada”. Así el compañero afirma que “la masa estudiantil no había madurado para concebirlos (los decretos revolucionarios N. de R) y, menos, para pragmatizarlos” y más abajo se lamenta “Esa es la mera realidad y contra ella no podemos sino atenernos a su buena lectura” para terminar con la contundente afirmación de que ni en Cochabamba se podía hacer nada: “Clara muestra de ello es que, en San Simón, por ejemplo, el descubrimiento de reservas de petróleo en sus terrenos y la intención de la REPSOL por realizar las primeras perforaciones a cambio de migajas, siendo un pretexto objetivo directo, inmediato y de mayor valía para movilizar a las bases de la UMSS que la Reforma emprendida en la UTO, no se logró hacerlo. ¿Por qué?, su deliberada ingenuidad responderá por incapacidad de los URUS, la realidad les responderá en tono diferente, pues la movilización de las masas no son caprichos personales ni de grupo, entroncan con sus necesidades inmediatas, y la masa estudiantil en estos momentos tiene otras prioridades”.

El compañero Thomas solo se limita a echarle la culpa a la triste realidad, sin detenerse a meditar que la obligación de una organización que se reclama revolucionaria es precisamente tener una política para transformarla, sin embargo la ausencia de una estrategia de carácter sovietista, es decir de autoorganización lleva a una profunda adaptación pasiva frente a la realidad y peor aun a los mecanismos sindicales del régimen universitario.

Esta ausencia de una estrategia sovietista, es decir, independiente, es la que ha llevado al URUS-POR a la mayor adaptación frente a lo existente. Así en el caso del magisterio urbano el POR solo se distingue del resto de la ‘izquierda’ por ser buenos luchadores sindicales, pero jamás combatientes revolucionarios. ¿Es posible no ver esta ‘triste’ realidad luego del nulo papel del POR en los combates de octubre del 2003 donde por ejemplo URMA -La Paz no pudo ni siquiera abrir la boca para proponer algo? Y veamos por ejemplo ¿en que se diferencia URUS-Cbba de cualquier frente de izquierda que pelea por tizas y pizarrones? Solo en la honestidad y valentía... por las tizas y pizarrones, pero jamás educando en una practica que rompa con todo lo existente.

Esta triste realidad que nos presenta el compañero Thomas, contrasta con la ya gastada caracterización que tiene el POR de que estamos en una situación revolucionaria desde hace mas o menos dos décadas. Sin embargo lo que queremos discutir es ¿Cuál es la política que debía haber sostenido una organización que se reclama así mismo como ‘trotskista’?. Fueron varios meses de diversas experiencias que fueron radicalizando el programa y los métodos de lucha en la UTO, sin embargo luego de la amplia participación de la base estudiantil, la misma fue decayendo hasta llegar al simple apoyo pasivo, haciéndose cada vez mas profunda la brecha entre la vanguardia que sostenía la toma del rectorado y la base que, presionada por los docentes y con temor a sufrir represalias volvió paulatinamente a regularizar las actividades académicas. Esta brecha, consideramos que se debió en primer lugar a que durante los meses previos a la toma del rectorado la vanguardia no se dotó de una estrategia de autoorganización de la base que pudiera ampliar los sujetos activos del conflicto y multiplicar las fuerzas de la vanguardia. Se evidenció que no se había podido lograr la cristalización de comités de acción por carreras y facultades que basándose en las asambleas, en los cuerpos de delgados y en delegados revocables y con mandato pudieran profundizar la lucha en todos los edificios impidiendo de esta manera que la toma del rectorado quedara aislada e impidiendo a su vez que el movimientismo y el Mirismo incrustado en el estamento docente pudiera contar con puntos de apoyo como luego se evidencio por ejemplo en Derecho o Ingeniería.

Una estrategia de autoorganización asi estuvo ausente y por supuesto URUS-POR nunca peleó por ella. Así desde el punto de vista formal la FUL era la que continuó apareciendo públicamente e incluso internamente como la cabeza del conflicto, cuando en realidad solo tres compañeros de la FUL cumplían un papel de dirección (y uno de ellos fue siempre un conciliador como Eduardo Luizaga) de una vanguardia activa de decenas de compañeros que eran los que efectivamente sostuvieron la lucha. Todos tenían acuerdo que la FUL había sido “rebasada”, y sin embargo nadie propuso un mecanismo de organización alternativo.

Los intentos de organizar comités de lucha o de bases en algunas facultades también fueron rebasados y no llegaron a cristalizar. ¿Por qué? Opinamos que es insuficiente proponer formas de organización alternativa si estos nuevos organismos no están preparados para una lucha “radical” contra el régimen universitario, y radical significaba, en primer lugar tener plena confianza solo en las propias fuerzas, cuestión que no se dio ya que el conjunto de la vanguardia desde el inicio mismo del conflicto depositó confianza en los dirigentes sindicales de la COD y algunos miembros del Comité Cívico Popular, que lejos de querer llevar el conflicto hasta sus ultimas consecuencias solo buscaron mecanismos de conciliación y negociación, desarmando la posibilidad de que los comités de base tomaran en sus manos la resolución integra de la lucha. Con esta política, cualquier forma de organización alternativa estaba condenada a su hundimiento, de ahí que los comités que se llegaron a impulsar no fueron capaces de cumplir un rol decisivo y terminaron auto disolviéndose en los hechos. URUS-POR jamás alerto sobre este problema que es -en concreto- el que hace a una política verdaderamente independiente, y demostró así, una vez mas no su supuesto, “conocimiento preciso de la realidad”, sino su adaptación a las instituciones, al real y vigente régimen universitario, a la disciplina sindical timoneada por la burocracia, al sentido común de los sectores mas atrasados, etc. A este tipo de práctica política Trotsky la definió como centrismo, es decir la práctica de las corrientes políticas que oscilan entre la reforma y la revolución. Esperamos poder continuar este debate



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