El triunfo en la primera vuelta del Frente Amplio, con el 51% de los votos, fue saludado por la mayor parte de la izquierda reformista y en particular por dirigentes del MAS en Bolivia, como una muestra de que es la hora de las “alternativas antineoliberales” y el camino por el cual una izquierda “no dogmática” puede llegar al poder.
De hecho, el “gran plan” de Evo Morales y sus socios en la dirección del MAS es repetir en Bolivia, comenzando en estas elecciones municipales y terminando por las nacionales que deberían llevarse en el 2007, el camino de Lula en Brasil y ahora de Tabaré Vázquez en Uruguay.
Ya hemos visto a Lula pactando con el FMI, defendiendo a los terratenientes de los campesinos sin tierra y protegiendo a los empresarios de los reclamos salariales de los obreros brasileños y felicitando a Bush por su reelección. Además, lo hemos visto abrazándose con Carlos Mesa y enviando a sus emisarios y ministros para proteger los intereses del pulpo Petrobras.
Con respecto a Tabaré Vázquez y los dirigentes del frente Amplio uruguayo, no perdieron un momento en aclarar por milésima vez que su gobierno será de “izquierda responsable”, que el problema de uruguay “no es el socialismo sino llegar a fin de mes” y otras decalraciones pro el estilo, con lo que quieren decirla a la burguesía y el imperialismo que no tienen nada que temer y que respetarán el programa neoliberal, y a los trabajadores y el pueblo uruguayo, que no se hagan mayores ilusiones, que no se anularán las privatizaciones, no se liquidará el desempleo ni subirán los salarios. Ya están comenzando a negociar con el FMI las garantías para que esto sea así.
Por estos mismos días, en Ecuador , el presidente Lucio Gutérrez, otro de los “progresistas” y “antineoliberales” que llegó al Gobierno con el apoyo de los indigenistas, los maoístas y otras fuerzas reformistas, enfrenta una de sus horas de mayor desprestigio y su partido fue prácticamente barrido en las elecciones municipales. Gutiérrez era hasta no hace mucho un ejemplo del “militar patriota” con que el MAS y otros reformistas sueñan para Bolivia... Sin embargo, apenas llegó al poder pactó con el FMI, entregó los hidrocarburos a las transnacionales y mantuvo la nefasta “dolarización” que hunde en la miseria a los ecuatorianos.
Los casos de Brasil, Ecuador y ahora Uruguay muestran, una vez más, que este camino lejos de significar la derrota de los “neoliberales” garantiza la continuidad de sus planes. La estrategia de la izquierda reformista, de hacer grandes frentes electorales incluso con sectores burgueses y con un programa de “humanizar al capitalismo” sin tocar la propiedad de los grandes empresarios y terratenientes, manteniendo el pago de la deuda externa y sin expulsar al FMI y las transnacionales, es sólo un engaño para los trabajadores y campesinos. Una vez en el poder, son gobiernos burgueses, que gobiernan para la burguesía y se arrodillan ante el imperialismo. Por eso, llamamos a no dar la menor confianza a este tipo de gobiernos que nos proponen los Lula, Evo Morales o Tabaré Vázquez y avanzar por el camino de la movilización obrera y popular, para que la clase obrera levante su propia política, obrera, de independencia de clase, para ponerse al frente de la nación oprimida en base a un programa de ruptura con los capitalistas y el imperialismo.