LAS ORGANIZACIONES congregadas en el Pacto de Unidad (la Confederación campesina CSUTCB, las 6 Federaciones de Colonizadores del Trópico cochabambinos, la Federación de mujeres campesinas y otras) que apoyan al gobierno de Evo Morales, convocaron a la “cumbre social y cultural” del lunes 10 en Sucre, con la consigna de exigir la continuidad de la Asamblea. Se había prometido reunir 100.000 campesinos e indígenas, pero el propio MAS “puso el freno” para no poner piedras en el camino de la negociación y finalmente, en el estadio Patria se congregaron unas 15.000 personas. Entre tanto, las juntas vecinales paceñas y la COR de El Alto marcharon en apoyo al gobierno y la Constituyente con la consigna de que “la sede no se mueve”(contra el traslado de los poderes a Sucre).
Estas acciones están enmarcadas en una política de cautelosa presión, según los objetivos del MAS en la negociación con la derecha.
El Pacto de Unidad afirma que “Los movimientos sociales del campo y la ciudad defenderemos el proceso de cambio a la cabeza del hermano Evo Morales Ayma, Presidente Constitucional de la República” e insinuó conformar “comités de defensa de la Asamblea Constituyente” aunque sin fijar ninguna propuesta clara de movilización.
En realidad plantean un camino completamente impotente de presión sobre la Asamblea, pues está subordinado a la estrategia del MAS de conciliación con los representantes de los empresarios, los terratenientes y las transnacionales que sólo ha servido para que la derecha levante cabeza y se envalentone cada vez más.
Los “descontentos” del MAS se disciplinan a la “línea pactista” cada vez que Evo los llama al orden.
Por eso los dirigentes ni hablan de los problemas más urgentes de los trabajadores y el pueblo, como el aumento del costo de vida, el salario y otras reivindicaciones postergadas. Más allá de los discursos, tampoco plantearon medidas concretas de lucha contra la derecha empresarial y terrateniente aunque Evo, Antonio Peredo y otros dirigentes afirman que hay una conspiración en marcha.
El camino es la movilización
Si los dirigentes de la CSUTCB, de los cocaleros y la COB quisieran efectivizar una lucha frontal contra la reacción, el único camino es el de la movilización general de los trabajadores, los campesinos, los pueblos originarios, sin subordinarse políticamente al gobierno y levantando un programa que una las demandas inmediatas más sentidas, como el salario y el empleo, a la satisfacción de las tareas nacionales y democráticas pendientes (y “olvidadas” en la Asamblea), como una reforma agraria radical, nacionalizar los recursos naturales y las empresas capitalizadas, territorio y respeto al derecho de auto determinación de los pueblos originarios y la ruptura con el imperialismo, poniendo en pie de guerra a las fuerzas obreras y populares e impulsando la autodefensa de masas contra los ataques y provocaciones de los grupos de choque como la “Juventud Cruceñista”. Un programa así es el único que puede quebrar el poder de la reacción, y, al mismo tiempo, reabrir el camino de Octubre, el de una salida obrera y campesina.