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FRENTE A LA OFENSIVA EMPRESARIAL, ORGANIZAR LA RESPUESTA OBRERA

 

!Aumento salarial acorde con el costo de la canasta familiar. No a los despidos! !Nacionalización sin pago y bajo control obrero de toda empresa que cierre o despida! !Recuperemos la independencia de clase de la COB y los sindicatos!



LOS VIENTOS DE CRISIS se hacen sentir en la economía nacional con la baja de las exportaciones e ingresos fiscales y un menor crecimiento. Ante esto, los empresarios han iniciado una ofensiva para descargar sus dificultades sobre los trabajadores:

  Ataques preventivos, porque la mayoría de las empresas sigue haciendo buenos negocios y la crisis no les afecta tanto como quieren hacer creer, pero desde ahora pretenden más superexplotación - congelamiento de salarios, desempleo y prolongación de la jornada laboral -, y disciplinar a los trabajadores con los despidos y el temor, preparando el terreno para una ofensiva mayor cuando la crisis se agrave.

  Plan “gradualista”, porque la patronal trata de hacer pasar el ataque sin despertar mayor resistencia, así, en distintas empresas hay despidos de a poco con diversos pretextos que van reduciendo la plantilla, amedrentando a los que quedan y recargándolos de trabajo.

  Un chantaje a los trabajadores, porque es común que los gerentes presenten la renuncia al aumento salarial y otros “sacrificios” como la única forma de “evitar despidos”.

  Ataque a los derechos sindicales, buscando desorganizar a los trabajadores, llegando a violar el fuero sindical, despedir dirigentes que no se dejan comprar o echar a los trabajadores combativos, como viene pasando en varias empresas.

El gobierno favorece a los empresarios

La política laboral del oficialismo es funcional a los objetivos de la burguesía. Mientras deja correr la ofensiva patronal, con su política económica sube el costo de vida y quiere poner un “tope” a los reclamos obreros con el 12% de aumento sobre el básico decretado recientemente, una migaja que ni compensa el deterioro del salario por la inflación. Además, insiste en su proyecto de Ley de Pensiones.

Claro que el gobierno trata de mantener su capacidad de mediación mostrándose en el discurso como predispuesto a favorecer a los trabajadores, una necesidad política pues se está entrando en un año electoral. Pero al mismo tiempo, suele mostrar mayor dureza contra aquellas luchas de vanguardia que “molestan” en sus compromisos y pactos con el empresariado o cuestionan a los dirigentes burocráticos.

La cúpula de la COB, “pata izquierda” de esta política

La actual dirección de la COB y de la mayoría de las organizaciones matrices actúan como “correa de transmisión” de esa política en el movimiento obrero, enfeudados al MAS en nombre de la defensa del “proceso de cambio” están conduciendo a una mayor subordinación al Estado de las organizaciones obreras. Están más preocupados por asegurarse algún sillón y prebendas junto a los dirigentes del CONALCAM en el “control social” burocrático que organiza el gobierno que en defender los intereses elementales de los trabajadores.

La COB, la COR El Alto, y otras organizaciones matrices no hacen nada por las luchas actuales, no centralizan la resistencia ni levantan un plan para lograr las demandas obreras, y mientras hablan de “defender los puestos de trabajo” ceden al chantaje empresarial de “aceptar sacrificios” a cambio de "mantener los puestos de trabajo" e imponen a las bases acuerdos negativos como el de Sinchi Wayra.

Para estos dirigentes, la preparación del próximo congreso de la COB no tiene por objetivo preparar la lucha contra la ofensiva empresarial y por el salario, sino consolidar su dominio burocrático y asegurar que la central obrera sea un dócil ladero del gobierno.

La resistencia obrera ha empezado

Pese a todo esto, importantes luchas mineras, fabriles y de otros sectores muestran que la resistencia de los trabajadores está comenzando y tiene un enorme potencial, por su fuerza latente y la recuperación de métodos avanzados de lucha: la toma de la textil MAKITESA en La Paz y el paro y toma de San Bartolomé durante tres días son los mayores ejemplos en las últimas semanas. En estas páginas reflejamos estos y otros conflictos obreros. Al momento, también están planteados paros y movilizaciones en salud y el magisterio urbano de La Paz, que rechazan el miserable 14% ofrecido por el gobierno. Además, varios sectores se han pronunciado contra un eventual alza de pasajes y el descontento parece extenderse. Todo esto puede estar anticipando una nueva ola de luchas por el salario, contra los despidos y contra la carestía.

Un programa obrero para que la crisis la paguen los capitalistas

Los ataques empresariales no deben pasar. Hay que rodear de solidaridad las luchas por lugar de trabajo que se están dando, coordinarlas y unificar la pelea contra los despidos, por un aumento salarial acorde al costo de la canasta familiar, y el respeto a las condiciones laborales sería una primer tarea. Pero hay que imponer medidas unificadas en cada rama, como claramente está planteado hoy en mineros (donde se hubiera podido hacer un paro nacional unificando los conflictos del sector) o fabriles, y un verdadero plan de lucha de la COB.

MAKITESA muestra que ante el ataque de los empresarios, un gran arma obrera es la huelga con ocupación de las plantas, esto, debe unirse a la exigencia de nacionalización bajo control obrero de toda empresa que cierre o despida. El control por los trabajadores para impedir las maniobras empresariales, preservar la fuente de trabajo y preparar el camino para su nacionalización son parte del programa obrero que hay que levantar para que la crisis capitalista la paguen los capitalistas, no los trabajadores. Este programa debe servir para unir a sindicalizados y no sindicalizados, efectivos y precarizados, ocupados y desocupados, y también, para tender un puente a la alianza con los sectores populares explotados y oprimidos del campo y la ciudad.

Reagrupar a la vanguardia obrera

Estos grandes desafíos no pueden quedar en manos de los actuales dirigentes nacionales. Esta planteado dar una fuerte pelea en el próximo congreso de la COB y otros eventos sindicales contra la burocracia sindical que subordina nuestras organizaciones al gobierno y los acuerdos con la burguesía. Para eso, necesitamos prepararnos y unir fuerzas.

Los sindicatos combativos, los trabajadores en lucha, los miles que en fábricas, minas y empresas quieren resistir, podrían poner sobre la mesa su disposición a luchar y su voluntad, si encontrarán un referente y un plan de acción.

Proponemos construir un polo o bloque de trabajadores para:
  Derrotar a la burocracia y recuperar la independencia política y organizativa de la COB y todos los niveles de la organización sindical como herramientas de lucha con plena democracia obrera;

  Imponer un plan de acción, con un programa obrero bajo la consigna de que la crisis la paguen los capitalistas y no los trabajadores y el pueblo pobre;

  Unir la lucha sindical y política, pues los trabajadores necesitan también su propia expresión política, de independencia de clase, en el camino de poner en pie el instrumento político de los trabajadores.

Un paso importante en este camino podría ser organizar un Encuentro de Trabajadores donde discutir, decidir un plan común y coordinar acciones.

Comenzemos a discutir estos problemas en cada lugar de trabajo y en cada evento sindical.

Por E.M.



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