Con razón los voceros de la burguesía minera se preocupan: “En las grandes empresas mineras está resurgiendo peligrosamente un protagonismo sindical que pudiera buscar una mayor fuerza al interior de las mismas” (El Potosí, 4/03/09).
Estos conflictos plantean la posibilidad de empezar a unificar la lucha los trabajadores de la minería privada y estatal para enfrentar en común los ataques de las empresas y la política del gobierno, que buscan que sean los asalariados los que paguen la principal factura de la crisis minera.
La FSTMB debe “tomar nota” de esto y actuar en consecuencia, implementando un plan de lucha nacional por el aumento salarial, en defensa de las conquistas y contra los intentos de prolongar la jornada laboral. Además, ante cualquier amenaza de despido o cierre, corresponde la ocupación de las minas, en defensa de la fuente de trabajo y para imponer su nacionalización bajo control de los trabajadores.
Por E.M.
Paro y toma en San Bartolomé
En los primeros días de marzo estalló un importante conflicto en este importante centro minero de Potosí, explotado por Empresa Minera Manquiri (subsidiaria de la poderosa transnacional estadounidense Coeur d’ Alene Mines Corporation). En esa operación participan también cooperativas de la zona (que actúan como subcontratistas) y COMIBOL recibe ingresos por la explotación de las reservas minerales de plata del lugar, principalmente desmontes del Cerro Rico.
El reclamo de los trabajadores, cansados de la prepotencia y abusos de la plana mayor gerencial, incluyó la exigencia de que se fueran 16 jefes y ejecutivos, y derivó en la paralización de la mina durante tres días.
"Efectivamente el sindicato de trabajadores del proyecto San Bartolomé ha decretado un paro de labores y lo que nos sorprendieron realmente es que han tomado las instalaciones, en este momento no hay acceso, tanto a la planta como a las oficinas, está en poder del sindicato", se quejaba un vocero de la empresa, Oscar Manzano (La Jornada, 4/03/2009). Finalmente, el viernes 9/03 se firmó un acuerdo entre la empresa y los dirigentes sindicales, pero los trabajadores han comenzado a hacer sentir su fuerza.
Conflicto en Mina San Cristóbal
El pedido de los trabajadores y campesinos de comunidades cercanas de que fueran retirados los gerentes de Seguridad Física y de Seguridad Industrial, debido a su prepotencia y abusos, derivó en la paralización de labores en Mina San Cristóbal (MSC), que emplea a más de 800 trabajadores y hoy es propiedad de de la transnacional japonesa Sumitomo.
Según la empresa, “ante algunas amenazas proferidas por algunos trabajadores en el tiempo del conflicto, MSC decidió evacuar a una parte de su personal el lunes en la noche, al ser tarea primordial de MSC garantizar la seguridad de su personal” (La Prensa, 19/02). Así, unos 140 ejecutivos y empleados fueron evacuados a Uyuni sorpresivamente a altas horas de la noche el 11 de febrero. En realidad, esta evacuación respondió tanto al temor de una eventual toma, como para amedrentar a los trabajadores insinuando un posible “lock-out”. La paralización duró tres días y finalmente el 17 de febrero se suscribió un convenio entre la empresa y representantes de los trabajadores.
San Cristóbal es el mayor desarrollo minero en el país, con una inversión de cerca de 1000 millones de dólares, genera más 50% del valor producido por la minería y el año pasado su aporte al Producto Interno Bruto (PIB) fue del 6,3 por ciento. Aunque la crisis minera comience a afectar sus enormes beneficios, emprendimientos de gran escala como MSC tienen recursos para hacerle frente, pues generan volúmenes de producción muy por encima de los imaginados en la tradición minera boliviana y operan con contratos a futuro, vendiendo su producción con anticipación de varios años a precios establecidos. Sin embargo, ante un agudizamiento de la crisis internacional la transnacional lanzará mayores “ajustes” contra los trabajadores para recomponer su tasa de ganancia.
Por eso, aunque en la base obrera se haya generado la ilusión de que por ser San Cristóbal un emprendimiento intensivo en capital, no será tocados por “ajustes” en la empresa, los trabajadores mineros deben prepararse para enfrentar cualquier ataque o despidos.
Colaboración de A. Claure
Alerta en Sinchi Wayra
El Decreto Supremo 16, del 19/02 establece que “quedan sin efecto los convenios y acuerdos salariales contrarios” al aumento del 12% en el básico anunciado por el Gobierno hace poco, esto, según el Ministerio de Trabajo, inhabilita el acuerdo suscrito entre la empresa y los representantes sindicales, que estableció un “cero incremento” salarial para esta gestión, cediendo al chantaje empresarial de hacer sacrificios para mantener las fuentes de trabajo.
Luego del conflicto de fin de año, la empresa insiste en defender sus beneficios a costa de una mayor explotación obrera y trata de imponer la jornada laboral de 10 horas. Esto ha obligado a dirigentes de la FSTMB -que había avalado el acuerdo del 14 de enero, completamente negativo para los trabajadores- a pronunciarse: "No seremos responsables si asumimos medidas radicales de presión en defensa de nuestras fuentes de trabajo y de nuestra dignidad", declaró Heriberto Chavarría (La Prensa, 10/03), anunciándose que los trabajadores de Sinchi Wayra entraban nuevamente en “estado de emergencia”.