El domingo 11 de octubre, mientras cientos de efectivos de la Policía Federal tomaron sorpresivamente las instalaciones centrales de la empresa Luz y Fuerza del Centro (LyFC), el presidente Felipe Calderón, a través de un decreto, determinó la extinción de dicha empresa con el argumento de no ser “rentable”.
Al cerrar LyFC y despedir más de 46 mil trabajadores son dos los objetivos que pretende el gobierno. Primero, claramente político, aplastar a un sector fundamental del movimiento obrero, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y a su organización sindical, estableciendo un precedente y una lección para otras organizaciones obreras y al conjunto de los trabajadores del país. Segundo, posibilitar la vía a la privatización de la producción y la comercialización de la energía eléctrica para que beneficie a las transnacionales y a la burguesía nativa.
En respuesta a este ataque, el 15 de octubre se realizó una movilización convocada por el SME, la cual congregó aproximadamente 300.000 personas, en una marcha de más de 6 kilómetros que se inició a las cuatro y media de la tarde y que concluyó como a las 10 de la noche. Fue la movilización obrera más importante de los últimos 15 años que se realiza en México, lo que demuestra la disposición de los trabajadores para enfrentar el ataque del gobierno de Calderón. Igualmente, el día domingo 25 de octubre, se llevó a cabo la Gran Asamblea por la Resistencia Popular en la que participaron más de 30 organizaciones solidarias, en esta asamblea el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) acordó que el próximo jueves 5 de noviembre se definirá en un encuentro con centos dinsicatos y organziacions populares la fecha en que podría estallar una huelga nacional contra el decreto que extinguió Luz y Fuerza del Centro.
Para derrotar el ataque del gobierno es esencial confiar en los métodos de lucha y de movilización de los trabajadores en alianza con el conjunto de los sectores populares, y no creer (como la política pactista y reformista de la dirección del SME frente al conflicto) que mediante mecanismos institucionales como la promoción de una “controversia constitucional”, se vaya a echar atrás esta declaración de guerra política del gobierno; pues significaría depositar ilusiones en que una institución como el Congreso de la Unión o que la Suprema Corte de Justicia vayan a actuar a favor de los trabajadores.
Nuestros compañeros de la LTS de México (parte de la Fracción Trotskista Cuarta Internacional) están impulsando activamente la campaña en solidaridad con los electricistas, planteando la coordinación y la necesidad de preparar la huelga nacional para derrotar a Calderón y su plan privatizador, levantando un programa acorde con los intereses de los trabajadores.
Por Ezra