EL PASADO 18 DE AGOSTO en Argentina la empresa alimenticia Kraft-Terrabusi despidió a 156 trabajadores -incluyendo entre estos a sus delegados y representantes sindicales- por haberse organizado y reclamado mejores condiciones de trabajo durante la epidemia de Gripe A . Kraft Foods es la tercer multinacional alimenticia más grande el mundo y no tiene ninguna “crisis económica”. Al contrario, su planta de Pacheco aumentó las ventas de 50 millones de pesos argentinos en mayo a casi 70 millones en junio de este año.
La poderosa trasnacional, que cuenta con el apoyo de las cámaras empresariales, la embajada estadounidense en Buenos Aires, y la derecha, quería liquidar a la organización sindical en la fábrica para abrir el camino a una reestructuración brutal, imponiendo el “turno americano” de 12 horas y echando a todo el turno noche. Contaba con la colaboración de la burocracia del Sindicato nacional de la Alimentación, dirigido por el burócrata peronista Daer, y el “dejar pasar” del Gobierno argentino, pero no esperaba la gran respuesta de los trabajadores.
Tras dos meses y medio lucha permanente (corte de calles, enfrentamientos con la policía, movilizaciones) y con el apoyo de sindicatos combativos, agrupaciones estudiantiles, partidos de izquierda, los 2.600 obreras y obreros de Terrabusi-Kraft lograron imponer, primero, la reincorporación de los 11 miembros de la Comisión Interna y a varias decenas de los ilegalmente despedidos, si bien todavía falta restituir a 53 trabajadores.
Este acuerdo llevó una división de los representantes, entre la mayoría de la Comisión Interna, orientada por Bogado, dirigente maoísta (del reformista PCR), que prefirió ceder al planteo de la empresa; y Javier Hermosilla (representante del combativo turno de la noche, trotskista y miembro de nuestra organización hermana en Argentina, el PTS,), junto a otros delegados que planteaban que había buenas condiciones para seguir la lucha por la reincorporación de los demás despedidos y que debía una asamblea general -no los dirigentes- la que resolviera al respecto.
A esta altura, la lucha de Kraft ya se había convertido en un gran “conflicto testigo”, ampliamente discutido en la prensa y por la vanguardia obrera y un hito que mostraba que avanza un nuevo “sindicalismo de base” en muchas fábricas y empresas.
Al cierre de esta edición, las elecciones para renovar la CI, pese al clima de presión impuesto por la empresa (con la vigilancia de jefes y “líderes”, policías dentro de la fábrica y los despedidos afuera, etc. dieron como resultado la victoria de la Lista 1, encabezada por Javier Hermosilla y apoyada por el PTS (676 votos contra 660 de la Lista de Bogado y 390 de la Lista 3, burocrática y proempresarial). El sector más combativo de la fábrica le dio el triunfo a la opción clasita, combativa y democrática, contra el sector más conciliador y contra los planes de la empresa, el gobierno y la burocracia, que hasta último momento intentaron desconocer el resultado y hacer fraude.
La lucha de Terrabusi muestra que se ha abierto un proceso de maduración de la conciencia de importantes franjas de la clase trabajadora argentina, que pone sobre el tapete la defensa de la representación sindical de base en el lugar de trabajo, situación que no quieren ni los empresarios, ni la burocracia sindical sostenida por el gobierno de los Kirchner Se trata de dar una pelea para coodinar las luchas y unir las fuerzas de la vanguardia obrera contra los patrones, la burocracia y el gobierno. Pero esta pelea debe elevarse también al terreno político y por la independencia de clase.
En este sentido, los obreros de Zanon (fábrica recuperada y sin patrones) y el Sindicato Ceramista de Neuquén impulsaron el pasado 17 de octubre en el Hotel Bauen (un hotel en manos de sus trabajadores) de la Capital Federal un primer plenario donde 400 representantes y trabajadores de la industria, magisterio, transporte, etc., decidieron avanzar en impulsar una corriente político sindical clasista que y abrir el debate sobre la necesidad de impulsar una herramienta política, un partido de la clase obrera basado en sus propias organizaciones de lucha.
Nuestros compañeros del PTS se proponen colaborar unitariamente en el impulso de esta importante iniciativa por la independencia política de los trabajadores que surge de uno de los bastiones que ha dado la lucha de clases en la Argentina.
Por Ezra