Conversando con algunos compañeros surgió la duda: “Pero, si YPF ya fue estatal, y los hidrocarburos fueron propiedad del Estado. En esos tiempos el pueblo tampoco estuvo bien, es mas, los millones de dólares generados fueron a parar al bolsillo de unos pocos.” Ante estas dudas nosotros decimos que tienen algo de razón. No se trata de nacionalizar para que el robo cambie de protagonista, a manos de altos funcionarios corruptos, ligados a los empresarios y a las transnacionales como era en décadas pasadas.
Es por eso que creemos que la única forma de asegurar que los recursos generados por la explotación de los hidrocarburos sean usados en beneficio del pueblo, es si ponemos a funcionar a una nueva YPFB (como una gran empresa estatal que concentre toda la industria de los hidrocarburos, desde la exploración y los pozos hasta la refinación, distribuidoción y exportación), bajo control colectivo de los trabajadores petroleros y los pueblos originarios (legítimos dueños del territorio donde están los yacimientos). Este control obrero de la producción y distribución, a través de representantes elegidos en asambleas de base, con mandato y revocables en caso de que alguno “olvide” su misión”, sería la forma de impedir la corrupción y los malos manejos, y controlar que la producción de gas y petróleo efectivamente sea puesta al servicio de la industrialización del país según los intereses de las mayorías trabajadoras y oprimidas.
D.V.